Es importante tener metas y direcciones claras; sin embargo, más importantes son los medios para alcanzar el fin que el fin en sí mismo. Cuando gestionamos los "medios a través de los cuales..." nos conectamos con los procesos, nos hacemos permeables a los cambios, tenemos tiempo para enfrentar adversidades y nos podemos regalar pausas para repensar si estamos tomando el camino correcto.
Cuando nos ocupamos de los medios, observamos que es lo que ya tenemos; conectamos con lo abundante y lo escaso se convierte en un desafío, aquello que necesitamos alcanzar. Esbozamos un recorrido que tiene instancias, donde podemos observar cómo venimos. Esto se puede aplicar al uso corporal, a desafíos vinculares, metas laborales y objetivos de vida.
Me gusta pensar que este principio, tan importante en la Técnica Alexander, es una filosofía de vida que hace foco en lo indirecto de los procesos. A veces, escuchar el medio donde nos vinculamos, qué nos da, qué nos ofrece y qué tenemos para dar y ofrecer es más importante que dar por dar o recibir por recibir...
Cuando damos de más, la energía se drena; cuando recibimos de menos, aparece el rencor. Gestionar medios amplía la escucha de lo que necesitamos y deseamos, nos vuelve atentas a una verdadera escucha de lo que hoy en día este lugar o proceso elegido me puede dar. Y las exigencias bajan para convertirse en pedidos.
Una vez, una amiga psicóloga me dijo: "Mariu, la gran diferencia entre pedir y exigir es que pedir permite una negociación, un intercambio; la exigencia no."
Conectar con los medios hace que podemos escuchar la intuición, esa pequeña inteligencia que se alimenta de los sentidos y no solo del deseo de la mente. Gestionar desde pedidos hace foco en el medio, en el cómo podemos hacer para llegar a ese punto tan deseado.
Es importante tener objetivos claros; lejos está la reflexión de ser un mensaje new age, pero si hacemos la vida como caballito de batalla permanente, la vida nos come, nos perdemos el tiempo para observar, reflexionar y disfrutar… El disfrute es un arte que se dislumbra cuando tenemos el tiempo de poder apreciar aquello que nos rodea. Es la sorpresa de recibir lo que el entorno nos ofrece y observar los logros resueltos.
Te propongo pensar tus objetivos del año. Observa cuáles parten de necesidades y cuáles de deseos. ¿Cuáles crees que puedes sostener y qué necesitarías para poder realizarlos? Conecta con los deseos y necesidades, con los medios para que se puedan volver acción y no solo una ilusión.
En Técnica Alexander, este principio se usa para un uso sano y coordinado del cuerpo, para la construcción de nuevos hábitos de escucha y para recalcular desde donde nos vinculamos con el espacio, con nosotras mismas y con el entorno.
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