EL PESO INVISIBLE... IR HACIA ARRIBA.
- maria eugenia jarazo

- 1 nov
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Actualizado: 3 nov
Algo que me enseñó la Técnica Alexander es que “dejarnos aplastar hacia la tierra o crecer hacia lo alto del cielo es una decisión que se alimenta con hábitos y pensamientos diarios”.
Cuántas veces creemos que estar encorvadas, con la mirada perdida y la cabeza que se inclina hacia abajo, es consecuencia de la gravedad y del peso del cuerpo. Lo cierto es que el cuerpo es maravilloso y posee distintos sistemas: óseo, muscular, kinestésico y vestibular, que se regulan en contra y a favor de la gravedad, y nos permiten estar erguidas.
Ahora bien, ¿qué pasa con los pensamientos y las emociones, algo intangible y que, a la vez, puede resultar tan pesado para el cuerpo?
El psicólogo Carl Rogers hablaba de la Tendencia Actualizante. Así como en el psicologia se menciona la pulsión de muerte, también existe una pulsión de vida, y es que los seres vivos, ante todo, buscan subsistir y crecer; ser su mejor versión con lo que tienen a disposición. Creo que, a medida que somos adultos, esta responsabilidad nos pertenece al 100 %.

La elección empieza con la consciencia de cómo estamos, cómo nos sentimos, qué necesitamos para satisfacer las necesidades básicas y aquellos deseos que nos conectan con la vitalidad, con la pulsión de vida. Llevar esos pensamientos y esas acciones a la consciencia es el primer paso para empoderarnos de nuestro “arriba” ante la vida, de nuestro norte.
En la Técnica Alexander esto se refleja en la relación cuello–cabeza–espalda: en cómo tener un cuello sin tensión, una mirada que se proyecta al frente con presencia y una espalda ancha, con soporte para enfrentar los desafíos del día.




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